Muñoz Seca y su nieto

- Miércoles, 16 de Agosto de 2006 -

Muñoz Seca y la “memoria histórica” Aquilino Duque
Yo debería pedirle excusas a don Alfonso Ussía por haber perdido los estribos en el curso de una charla suya en un hotel sevillano, y eso fue cuando él, para explicar que no era tan “facha” como presumen sus adversarios, no se le ocurrió cosa mejor que decir que el teatro de su abuelo don Pedro Muñoz Seca estuvo proscrito por el “franquismo” y sometido a una censura brutal. La cosa era tan gruesa que no pude contener al energúmeno que todos llevamos dentro y grité con toda la fuerza de mis pulmones, que no es mucha, la palabra “¡Mentira!”, con gran escándalo del público de lectores de ABC y votantes del PP que abarrotaba el local y que me expulsó de él con expresiones airadas. Tuve incluso el honor de ser empujado por la espalda por un marqués consorte que días después me ofreció excusas. Si yo no hubiera perdido los nervios, me habría ahorrado tan bochornoso espectáculo y esperado al turno de preguntas para decir más o menos: “Querido Alfonso, como soy mayor que tú en edad, saber y gobierno y recuerdo tiempos de los que no tienes memoria por tu corta edad o por hallarte aún en el seno de Abraham, no voy a tener más remedio que darte un tirón de orejas y de paso ejercer esa obra de misericordia que es la de enseñar al que no sabe. Cuando yo tenía quince años, protagonicé un par de obras de Muñoz Seca adaptadas para colegios de niños, es decir, con los papeles femeninos convertidos en masculinos, y esas obras fueron La Nicotina y La OCA. Años después, se llevó al cine La Venganza de Don Mendo protagonizada por Fernán Gómez. Los ejemplos abundan, pero de paso diré que si Muñoz Seca no tenía en los escenarios la presencia, pongamos por caso, de un Buero Vallejo o de un Alejandro Casona, no era ciertamente por motivos de censura, sino porque toda la vida de Dios los empresarios y los editores dan preferencia a los vivos sobre los muertos recientes. ¿Quién se acuerda ahora de Casona o de Buero? Tampoco es que la obra teatral de Lorca no tardara en volver a los escenarios, cosa que hizo en 1960, cuando Diosdado puso Yerma en el Teatro Eslava, pero de eso la familia sabe más que nadie. Los ejemplos pueden multiplicarse ad infinitum, por no hablar de las compañías de aficionados, cuyos autores de resistencia eran los Quintero – otros “proscritos” del “franquismo”, ¿no? – y Muñoz Seca y Pérez Fernández. Y ya que hablamos de Lorca, bueno será recordar que hubo y hay un teatro en la madrileña plaza del Carmen que durante los años del dominio rojo se llamó “Teatro García Lorca” y que se llamaría o volvería a llamarse “Teatro Muñoz Seca” tan pronto como las tropas de Franco liberaron la capital. También entonces se rebautizó el callejero y don Pedro Muñoz Seca obtuvo una céntrica calle entre la de Alcalá y la que entonces se llamó Héroes del 10 de agosto, héroes por cierto de los que don Pedro fue bastante partidario, del mismo modo que había sido muy amigo del Dictador por excelencia: don Miguel Primo de Rivera”.No les faltaban motivos para asesinar a Muñoz Seca a los abuelos de los que hoy, sin tantos motivos por supuesto, llaman “facha” a su nieto.

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Comentarios

  1. Más claro, ni el agua de lluvia que cae hoy del cielo. Ojalá le llegue al nietísimo. Yo, para contribuir, se lo haré llegar a los Muñoz Seca que quedan en el Puerto.

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  2. Yo se lo he mandado al interesado a través de opinion@larazon.es

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