Crónicas anacrónicas


Sobre el clima de "crispación" que padece nuestra Patria, poco es lo que yo pueda decir que no haya dicho ya, y que recogí en su día en un libro titulado Crónicas anacrónicas, aparecido en Barcelona en noviembre de 2003, cuando aún gobernaba el P. P. Como ese libro no lo conoce casi nadie hasta el punto de que el editor perdió todas las ganas de contar conmigo en lo sucesivo, vuelvo sobre él para decir lo que digo y no tener que decir lo mismo con otras palabras. Lo que sigue está escrito a raíz del lanzamiento de la fundación FAES en el Hotel Miguel Ángel, de Madrid.

Fosas comunes

La derecha acomplejada, la derecha vergonzante, la derecha que no quiere decir su nombre, se apresta, con el nombre de “centro”, a construir un futuro de libertad, democracia, humanismo y progreso, cerrado a cal y canto a toda tentación de conservadurismo. Es posible que ese centro quiera contar con un plantel de “intelectuales orgánicos”, es decir, unos intelectuales a los que no se les pide que aporten ideas propias, sino que saquen brillo a las ideas que les vayan suministrando los políticos.

Dado que he sido convocado como presunto “intelectual orgánico”, lo menos que puedo hacer es decir lo que pienso y no lo que a lo mejor se quiere que diga. Y lo que pienso es que el llamado “arco constitucional” nunca tendrá estabilidad mientras esté cojo, cojera que sólo puede remediar si se le agrega la base que le falta, que es la derecha. Esa derecha ha de carecer de los complejos que aquejan a la que se hace llamar “centro”, complejos que explican que a los veinticinco años del cambio de régimen se siga hablando de transición pendiente por parte de los que nunca se conformaron con que se hiciera “sin traumas”. A éstos les aconsejaría que se dejen de hozar en fosas comunes y, si no pueden contenerse la pasión necrófila, que decía don Marcelino, que vayan a Paracuellos, donde en 1936 se consumó el “trauma” que tanto echaron de menos en 1975.


Comentarios

  1. Estimado Aquilino, nos conocimos en Madrid en una brillante conferencia que ofreció en un acto organizado por Alternativa Española, hace ya algún año que otro. Tuve el honor de que me dedicase "El piojo rojo", fantástico ejemplar que conservo en mi modesta y querida Biblioteca.

    Suscribo palabra por palabra lo que dice. Hasta la prensa considerada como "de derechas" se ha cargado de complejos.

    En fín, siempre es grato leer sus certeras reflexiones, lo es también el enviarle un cordial saludo.

    Atentamente,
    Juan Pablo López

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